domingo, 4 de septiembre de 2011

La meditación. ¿Por qué, cómo y para qué? (I).







Un amigo me ha sugerido escribir sobre la meditación, y vamos a intentarlo.


Hay mucha información al respecto, así que, lo único que puedo aportar como novedad, será mi propia apreciación personal, basada en mi experiencia de más de diez años de práctica diaria (y mucho más tiempo anteriormente, de tímidas aproximaciones, pero sin tomarla con la seriedad que merece).


En primer lugar, hay que advertir que la palabra “meditación” (del latín “meditatio”) significa centrar nuestra mente sobre “algo”, o reflexionar sobre “algo”. Sin embargo, desde que la cultura oriental influye en occidente, este concepto de “meditación”, adquiere otra acepción nueva, para identificar técnicas similares que añaden a esa “concentración” la “contemplación / observación” (en el cristianismo sería la “contemplación” de los místicos). Prácticamente todas las culturas han tenido (y tienen) este tipo de técnicas. Siendo las más conocidas por su difusión actual, las orientales: en el hinduismo (yoga) en la India, el budismo con sus ramificaciones y adaptaciones a las diferentes culturas: tibetana en el Tibet, Chen (zen) en China, Zen en Japón, etc... Por lo tanto, podemos intuir que hay infinidad de escuelas, con sus diferentes técnicas y que asignan diferentes nombres a ese estado (curioso), que se ha decidido llamar “meditación”.



Pienso, que independientemente de la técnica utilizada, un primer paso, es conseguir dominar la “atención” de nuestra “mente” (y mantenerla) sobre “algo”. Ese “algo” puede ser un objeto externo, una idea, una imagen, una tarea o incluso el vacío. Es decir, el primer paso tiene que ver con el concepto que teníamos de “concentrar la mente” sobre “algo”, o lo que es lo mismo, fijar y mantener nuestra atención. Esto es algo que los “buenos” practicantes de Kung-fu, Tai-chi, Chi-kung y otras artes marciales conocen. Una “kata” (forma o secuencia de movimientos) de cualquiera de este tipo de técnicas puede ser una meditación.


Esto que acabo de indicar, aparentemente muy sencillo, no es fácil de llevar a cabo para la inmensa mayoría, sin una práctica constante (igual que para cualquier otra cosa), y menos actualmente. ¿Por qué?. La respuesta a este porqué, es una de las razones del por qué, es aconsejable la meditación.


De un tiempo a esta parte (yo diría que desde principios del siglo XX) vivimos en un entorno de “sobre-excitación sensorial en crescendo exponencial”. La información que recibimos actualmente durante un año, es superior a la que recibía un antepasado nuestro a lo largo de toda su vida. Esto, hace que nuestra “mente” vaya de un pensamiento a otro, no hay descanso mental. Nuestra mente se "llena" de pensamientos automáticos, es decir, va de pensamientos del pasado al futuro y viceversa, en respuesta a esa sobre-estimulación sensorial y la auto-estimulación de los propios pensamientos, evitando vivir el presente. El único instante verdadero que existe. Todo esto provoca una dispersión mental generalizada (implica un gran esfuerzo pensar en algo concreto) y esto va creando un stress mental, que establece las bases para que aparezcan las angustias, depresiones y desequilibrios físico-mentales.
Por lo tanto, si queremos reconducir y tomar las riendas de nuestra descontrolada “mente”, pienso que es recomendable utilizar la meditación (independiente de la técnica elegida, y elegir la que mejor se adapte a las preferencias personales).


En la próxima entrada, intentaré explicar la técnica que yo más utilizo. No es ni mejor ni peor que cualquier otra. Pero hasta entonces, recomiendo ejercicios de observación y concentración.
Ejercicios de observación: observar un amanecer/atardecer (justo antes de que aparezca el Sol, o justo despues de que se oculte) la cantidad de colores que se pueden apreciar. Observar la multitud de tonos de verde que se puede dar en cualquier campo/bosque. Observar nuestra propia respiración de vez en cuando, es decir, hacer respiraciones “conscientes” de vez en cuando (conscientes, no quiere decir ni profundas, ni diferentes a las habituales, simplemente que observemos con atención nuestra propia respiración)


Ejercicio de concentración: Cuando lo decidamos, prestar atención durante un tiempo, a todo los que estamos haciendo (evitando realizar acciones en automático).
La próxima entrada describiré la técnica de meditación que utilizo normalmente.



Imagen principal, creada por nuestra colaboradora. Hablaremos de ella al final de la secuencia de entradas


Resto de imágenes, tal y como aparecen en internet.

16 comentarios:

  1. Pues lo que es yo, no lo he conseguido nunca, en cuanto lo intento me encuentro volando por mil temas diferentes sin orden ni concierto. También pienso que en gran medida se trata de una cuestión cultural, la tradición occidental no nos enseña a meditar, nos enseá a pensar de manera discursiva. De todas maneras, espero tu próxima entrada para ver si aprendo.

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  2. Efectivamente Enric, eso que describes es lo que suele pasar, yo también he pasado por esa experiencia en mis primeras fases de aproximación. Como bien dices, nuestro pensamiento discursivo, en el mejor de los casos y disperso, caótico espontaneo en el peor, está muy arraigado en nuestra cultura actual, y cuesta poner voluntad para conseguir reeducar la mente.

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  3. Buenos días/tardes;

    JV ya sabe mis casos, yo llevo algunos años realizando meditación, y la verdad es que he “vivido experiencias” llamémoslas interesantes.
    Dependiendo del estado de ánimo he tenido meditaciones “muy satisfactorias” y otras de pensar que he estado perdiendo el tiempo, pero ante todo puedo decir que nunca lo he perdido realmente. Estas meditaciones me han ayudado a simplemente desconectar y notarme más sereno, o incluso me han ayudado a tomar decisiones que para mí eran difíciles y nadie podía ayudarme.
    Yo era alguien muy “poco creyente” para muchísimas cosas, y la verdad, creo que merece la pena investigar, leer, conseguir información. Cerrarse únicamente en lo que uno cree hace que nos perdamos la posibilidad de quitarnos una venda de los ojos, no en todos los casos encontraremos que estamos equivocados claro, pero, ¿Qué daño hace cerrar los ojos y relajarse?

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  4. Así es Ángel, la “cualidad” de la meditación, depende de nuestro estado anímico al principio, cuando la “mente”, todavía no la tenemos bajo el control de “nuestra” voluntad. Pero como bien dices, ninguna meditación es una pérdida de tiempo, siempre tiene su efecto benefactor, aunque quizás no con la intensidad que nos hubiera gustado (pero como son gratis, je,je.. puedes meditar más veces).

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  5. Soy lego en esto, pero algo hice y algo leo.

    Intuyo que “meditación” es un vocablo inadecuado, pero la historia está llena de estos triunfos del uso y tampoco hay que distraerse en la denotación de las palabras y ver más sus connotaciones. Me vale, pues, “meditación.

    Me llama la atención el hecho de que la meditación parece consistir en una auto-observación de los propios procesos sin pretender dirigirlos. Za Zen, del que sé sólo un poco, es sentarse y observar el flujo propio en el flujo del cosmos.

    Sospecho, desde mi ignorancia práctica, que la meditación introduce (uff, cuidadín con las palabras) una cierta “disociación” psíquica al mismo tiempo que una unidad. No hay contradicción, es casi lo que podemos sentir en un espejo, en esos instantes de frontera que es la duermevela u otros tantos. Es la autopercepción, una propiedad inherente a la cerebralización compleja.

    El flujo nervioso es continuo y la meditación parece introducir en ese flujo un cierto descanso, al tiempo que no deja de haber una contemplación de todo ello. No es paradójico. Y mucho menos contradictorio.

    Sólo he especulado un poco a partir de algunas lecturas y de algunos días, ya muy lejanos, de práctica.

    Prana. Aum mani padme hum.

    Celebro este post. Saludos.

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  6. Efectivamente la cantidad de información que hay en la red respecto a la meditación es abrumadora, y creo que para el profano tal cantidad de información puede acabar en desinformación. Por eso veo muy conveniente la entrada de esta semana, para hablar de un sistema y una técnica concreta sin mezclar churras con merinas, que si hinduismo, que si budismo.
    En cuanto a tu alusión a las artes marciales, los katas son la "enciclopedia" donde se recogen todos los movimientos posibles que conforman un arte marcial determinado. Estos movimientos, aprendidos de forma "teórica" en el kata, son los que luego se trasladan y se adaptan a una situación concreta en el caso de un ataque real.
    Los katas en el aspecto puramente físico tienen la finalidad de desarrollar las capacidades del individuo (fortaleza, elasticidad, capacidad aeróbica, etc.) a la par que se aprenden las técnicas de ataque, defensa, puño, y pierna, siendo un elemento puramente gimnástico.
    A niveles mental y emocional es cuando los katas se fundamentan principalmente en tres aspectos: atención, vivencia, y sensación. La atención (o concentración) es necesaria para desarrollar las técnicas correctas en el orden adecuado. La vivencia (o visualización) es necesaria para imaginar a un hipotético atacante y realizar las técnicas en coordinación con las del supuesto agresor. La sensación (o interiorización) es cuando el practicante "nota, siente, y sabe" que una determinada técnica es eficaz y definitiva. Sería a estos niveles cuando se puede hablar de similitud entre meditación y kata, creo.

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  7. CrisC, estoy prácticamente de acuerdo con casi todo lo que has escrito. Efectivamente quizás el vocablo “meditación” no es el más adecuado, porque induce a confusión. También tienes razón en tu descripción del Za Zen. En lo que has comentado sobre la “disociación” (entre el “observador” y “el pensamiento”), etc... En lo que ya no estoy de acuerdo, es en lo de la propiedad inherente a la “cerebralización” compleja. Eso, ya es una conclusión, no una observación. En fin, ya hablaremos de eso cuando intentemos analizar las observaciones.
    Me alegro que celebres el post, quizás te vuelva a llevar de nuevo y con otras perspectivas a la práctica de la “meditación”. Un saludo.

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  8. Efectivamente Anandamida, es a esos niveles que apuntas de la “kata”, en los que hay una similitud con la “meditación”. Si se hacen bien esas “katas”, el nivel de concentración en el presente (el “ahora” que dice Eckart Tolle) es tan intenso, que no hay pensamiento automático, es un “fluir vital” un sentir sin pensar. Claro, si la “kata” se hace con movimientos mecánicos, y pensando en: tengo que pagar tal cosa, o no he sacado la comida del congelador, o aun no he puesto la lavadora, etc…, entonces no se parece en nada a una meditación.
    Muy ilustrativa tu exposición sobre las “katas” y las artes marciales. Un saludo

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  9. Me vas a perdonar, JV, pero es superior a mis fuerzas. No soporto ver que se mencione a LOS katas en femenino. Muchas veces se comete el error de llamarlos "LAS katas", pero son LOS, LOS, LOS...

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  10. Nada que perdonar y lo siento Anandamida. Como la palabra “kata” es japonesa y significa más o menos “forma”, pues yo, “la forma”, pues “la kata”, pero nada nada, a partir de ahora “el kata” y “los katas”.

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  11. No sé mucho yo de etimología y eso. Pero dile tú a un japonés: "Maestro, vamos a hacer la kata", y verás el capón que te mete.

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  12. A mí también me cuesta muchísimo ésto de dejar la mente en blanco y liberarme de los cientos de pensamientos que la recorren en unos segundos. Sólo lo he conseguido alguna vez durante la práctica del reiki y del taichi y, más frecuentemente, al observar de manera detenida la llama de una vela.
    Uffff...me parece que tengo mucha faena por delante.

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  13. Efectivamente Elena, al practicar Taichi, o cualquier disciplina que “obligue” a concentrar la mente sobre “algo”, hace que vivamos conscientemente ese momento actual, cortando el “parloteo mental”. Si todo va según lo previsto, mañana subiré la descripción de la técnica que empleo.

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  14. Aprovecho para devolverle un "de nada" a Elena P.G. por las gracias que me ha dado en alguna ocasión (aún no sé por qué). Un saludo.

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  15. Mi humilde opinión es que muchas veces creemos que al meditar vamos a cambiar a los demás y lograremos llevar a cabo todo lo que nos imaginamos pero para mi si tu verdadera razón por la cual haces la meditación no es explorate y escucharte es en vano insistir porque no buscas profundizar y armonizar tu interior la meditación no es solo cuando la necesitas es parte de tu día día es mi opinión gracias

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    1. Tienes toda la razón.Los que creen que meditando cambiarán directamente a los demás, están en un error. Otra cosa es que cambien la "vibración". Efectivamente la meditación es un trabajao personal que debería formar parte de la vida

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