Hasta hace unos años, siempre veíamos (en los medios) la
miseria en otros países (y también en algunos barrios cercanos) y aunque muchos tomaban o tomábamos
conciencia de ello, una mayoría lo veían distante y con una sensación anímica de
“lejanía”. Como una “ficción”.
Ahora, por culpa de esta (o gracias a esta según se mire)
–crisis sistémica mundial-, el sufrimiento, se ve mucho más de cerca. Lo que
facilita, que mucha gente que antes no
tenía conciencia del “sufrimiento de los otros”, ahora, al vivirlo más de cerca,
permite esa toma de conciencia del sufrimiento ajeno (siempre y -de momento-, salvando las distancias con
respecto a la miseria límite de muchos países del mal llamado “tercer mundo”, y digo esto porque solamente hay “un mundo” ).
Cuando un ser humano atenúa su egoísmo, es decir, mira más
allá de su “yo quiero, mío, yo necesito…(sin importarle el resto)”, está en
disposición de percibir y entender el “sufrimiento ajeno”, facilitando que se
manifieste en su corazón, eso que se denomina: “compasión”. Ese fenómeno, puede
facilitar el cambio de actitud, para con los que sufren, intentando poner los
medios en su mano, para paliar dicho sufrimiento. Esto no implica que se debe sentir y ser arrastrado
emocionalmente por ese “sufrimiento ajeno”, sino que se debe “comprender” ese
sufrimiento para actuar en consecuencia a través de nuestra voluntad y desde
nuestro comportamiento personal, sin entrar en estados
anímicos-emocionales como la tristeza o la
depresión.
Lamentablemente, muchos tienen (o tenemos) que sufrir directamente,
para tomar conciencia del sufrimiento ajeno, y de esa forma, poder crecer como Ser Humano, o mejor dicho acercarnos un poco, a eso que se llama Hijo del Hombre.
¿Somos conscientes, que lo que nos muestra el mundo
exterior, es un reflejo de nuestro mundo interior? Los conflictos externos son
nuestros propios conflictos internos. Si queremos que el mundo cambie, que haya
Paz, que sea más justo, etc., solamente tenemos un medio de conseguirlo: empezar
a trabajar con nosotros mismos para minimizar nuestro egoísmo. Por supuesto, independientemente
de lo que hagan otros. Cuando se alcance esa “masa humana crítica” tendremos ese
“cambio verdadero” (y no el que prometen los políticos).
Imágenes tal y como
aparecen en internet.