domingo, 19 de mayo de 2013

Obsesión por predecir y fijar.




El ser humano, cuando toma conciencia de sí mismo, es decir, cuando se manifiesta en él, esa conciencia de “yo”, separado del “resto”,  con una historia (su historia) con la que se identifica,  que le permite diferenciarse y  en última instancia,  hace que se manifieste el  posesivo  “mío”, en ese mismo instante, aparece “su miedo”. Miedo  a perder ese “yo” (sensación),  y lo “mío”.

Ese miedo, efecto, o  causa según se mire,  de la sensación “yo”, hace que dejemos de vivir el presente, creando en nuestra mente una pre-ocupación (ocupación previa) por lo que puede pasar en el futuro (¿y si pierdo “lo mío”?, o peor aún, ¿y si pierdo mi “yo”?), creyendo que puede asegurar la permanencia de ese “yo” y ese “mío” eternamente. Este mecanismo, activa la “angustia”  por la incertidumbre, y la obsesión por “adivinar-predecir” ese futuro. Eso  son dos batallas completamente perdidas de ese “yo” (al que se suele llamar “ego”), y que lo único que garantizan es un sufrimiento por antelación de acontecimientos imaginados.
El universo se rige por una serie de leyes inherentes a su creación. Como mantengo en mi discurso, no hay  “ni casualidad, ni azar” solo hay causalidad y desconocimiento de variables. Por mucho que se utilicen las teorías de probabilidades, las estadísticas, etc., sus resultados, no son garantes de nada, simplemente pueden “calmar”, si cabe, esa angustia a la incertidumbre.  Aunque esto parezca una tautología, es muy importante tenerlo claro: los sucesos, no son,  hasta que no suceden,  por mucha o poca probabilidad que tengan de suceder (y por mucho que nos angustiemos prediciéndolos).

Aceptar los acontecimientos tal y como son. Sabiendo que no podrían ser de otra manera,  dadas las circunstancias que se han dado y que la única forma que tenemos de actuar, o inter-actuar con el mundo físico-material,  es en el momento “presente”  (que es el único que existe), es una de las claves, para vivir sin “angustias” ni “miedos” ante las incertidumbres y cambios.

Debemos tener claro, que lo único que es “permanente” en este universo, es el cambio. Por mucho que algunos se empeñen en que no sea así.

Así que, los mejor es prepararse para vivir en el cambio continuo  (sea este político, económico, social, personal…) ya que simplemente está siendo lo que tiene que ser, fruto de nuestras actuaciones y decisiones en tiempos pasados (que fueron presentes cuando estábamos actuando).

¿Quieres intuir el futuro? Observa lo que estás haciendo en este momento.