domingo, 10 de junio de 2012

Tiempo y eternidad.

 
En los comentarios de la pasada entrada (los límites de la razón II), apunté la experiencia de  la Dr. Jill Bolte Taylor (http://www.youtube.com/watch?v=3RUUZHoNu0U). En dicho programa, la doctora hace una comparación entre el hemisferio izquierdo cerebral y un procesador en serie, y el hemisferio derecho y un procesador en paralelo. Esto me ha hecho pensar sobre la “percepción” de lo que llamamos tiempo.
Procesar la información en serie, o lo que es lo mismo, analizar un acontecimiento detrás de uno otro, hace que se manifieste en nuestro hemisferio izquierdo lo que hemos llamado “línea del tiempo”. El tiempo en sí, es por lo tanto “una referencia” que inventa el proceso mental (cerebro izquierdo) del hombre,  para poder diferenciar la observación del movimiento (posiciones). Por lo tanto, lo único que existe en nuestro universo físico-material es movimiento: calor o movimiento atómico o molecular (vibración atómica, vibración molecular, movimientos de partículas), movimiento de “objetos”(electrones, protones, coches, relojes, la propia Tierra, etc.).
 Hay un par de observaciones  que apoyan este concepto: la primera,  es que  todas las ecuaciones matemáticas en física son simétricas con respecto a la “variable” tiempo (no diferencian el pasado del futuro, simplemente marcan estados de posición debido al movimiento).  La otra, es el tercer principio de la termodinámica, es decir, la inaccesibilidad del cero absoluto: cero grados Kelvin  (-273,15º C). Precisamente en ese límite desaparecería toda la energía (¿desaparece la materia?), por lo tanto desaparece todo movimiento y consecuentemente todo “tiempo”. 
Procesar la información en paralelo, o lo que es lo mismo, que ocurran todos los acontecimientos simultáneamente, es como dice la Dr Jill, la forma que tiene de procesar  la información nuestro cerebro derecho. Es decir, todo ocurre en un AHORA constante. Eso es la percepción de la eternidad. Realmente, es en ese AHORA, en el único “espacio” donde puede ocurrir algo. En el pasado y en el futuro es imposible que ocurra algo, son “artilugios” mentales de nuestro cerebro izquierdo para moverse en el mundo físico-material (sensación de separación).
Resumiendo, con esa posibilidad dual de percepción (temporal (serie)- eternidad (paralelo)) que manifiesta el ser humano, es como si tuviera la posibilidad de generar una “realidad secuencial” a partir de una totalidad eterna.  
El postular la existencia de “otros mundos de distintas dimensiones” (algo, que desde que se conocen  registros culturales del ser humano ha sido “normal”, y han “constatado subjetivamente” muchos iniciados, aunque con otros nombres: nagual, el otro lado, mundos anímicos, o mundos espirituales,…), no tiene porque ser un axioma  descabellado, si ayuda  a  justificar la fenomenología que nos crea paradojas  con los axiomas actuales.   
¿Puede ser el hombre un puente de consciencia entre los mundos multidimensionales superiores y el mundo físico-material (o realidad secuencial), donde tienen lugar las acciones volitivas?. Quizás esto sea motivo de otra entrada.     
Imágenes tal y como se encuentran en la red.