domingo, 5 de abril de 2009

Teorizando sobre La Muerte IV: Experiencias

** Esta semana, la imagen no es de nuestra fiel colaboradora. Es del archivo Google, pero es que nos va al pelo :P



Hola de nuevo!!
Tras este lapsus, retomamos donde lo dejamos. Ahora que tenemos una hipótesis planteada, tenemos que ver si podemos observar fenómenos que no la contradigan, es más que la afirmen. En estos terrenos, siempre es peliagudo afirmar (o negar) categóricamente algo; Pero, nos daremos por satisfechos si podemos entrar en el umbral de la duda. .Vamos a hacer planteamientos que nos lleven a dudas razonables de 'dificil solución'. Como decía nuestra nueva amiga 'Florecilla...' no todo son fenómenos completamente explicables.
El primer fenómeno observable que podemos tomar en este sentido, es el del sueño: ¿Porqué todos los seres que disponen orgánicamente de un sistema nervioso central necesitan dormir? sabemos que no es para descansar porque, nos podemos relajar de muchas maneras sin llegar al sueño. Pero si no dormimos, morimos. (Una rata a la cual no se la permita dormir durante 20 días, se deteriora físicamente y muere). ¿Qué pasa cuando dormimos? muchas corrientes de pensamiento llaman al sueño 'el hermano pequeño de la muerte', entendiéndolo como un 'cambio de conciencia' entre días (como la 'Muerte' es un cambio de conciencia entre vidas.)
Otro de los fenómenos son todos los testimonios de personas que han vivido experiencias próximas a la muerte (ECM o en inglés NDE), hay mucho escrito al respecto, científicamente (como "Regreso del futuro" del Dr. Ritchie) y no tan científicamente. Incluso tenemos en nuestro haber algunos testimonios de primera mano transmitidos por un amigo que por circunstancias se vio en tal encrucijada.
Otra realidad médica de dificil explicación es la del llamado 'miembro fantasma', que tendría una explicación factible si apelaramos a la noción de 'campo vital' (que como decía 'Florecilla...' aparece en las imágenes Kirlian. De verdad, no las gilipolleces de mercadillos esotéricos).
Y muchos otros fenómenos más que si a alguien se le ocurre puede plantear.
J.A. Marina presenta un ejemplo muy ilustrativo para dar cuenta de los intentos por explicar fenómenos de esta índole: Supongamos que hay dos grupos de personas, unos dentro de la nave de una catedral gótica, y otros fuera de esa misma catedral. Ambos grupos miran las vidrieras y las explican. Los del interior dirán que son una bella explosión de colores y luces que forman imágenes; Los del exterior dirán que eso no es así, que son grises, sin ningún color, sucias y planas y por supuesto, si hay imágenes son ilusiones pues apenas se distingue nada. Ambos grupos tienen razón, solo cambia la perspectiva desde donde hablan. Para ver la explosión de color, hay que entrar dentro de la catedral, la pregunta es, ¿cómo se entra dentro de la catedral? vamos a apuntar tres métodos:
1. Esquizofrénia u otras patologías mentales: el loco, sin saber cómo, aparece dentro de la catedral.
2. Psicotrópicos: En un 'viaje' apareces allí sin comerlo ni beberlo (o precisamente, comiendo setas o peyote y bebiendo absenta).
3. (El que recomendamos) Por la puerta, y sabiendo a dónde vas. Este es el que han empleado a lo largo de la Historia muchas personas: la meditación (budista, Zen, yoga, etc...,) y el trabajo interior personal.

3 comentarios:

  1. Para que una hipótesis tenga rango científico no sólo no debe contradecir los fenómenos que pretende explicar, además debe hacer posible demostrar la posibilidad de su falsedad, esto es, no se trata tanto de probar la verdad cuanto de poder mostrar, si la hubiere, su falsedad.

    Si yo afirmo, por ejemplo, que visito Ganímedes o que muevo objetos con la mente…, ha de ser posible para otro sujeto mostrar la posibilidad no de probar esas afirmaciones sino de mostrar su falsedad (aunque aquéllas fueran total y absolutamente verdaderas, que ésa no es la cuestión). Si yo afirmo que mi corazón puede funcionar a 25 pulsaciones x minuto, será o no verdad, pero es una proposición de la que puede mostrarse su falsedad.

    Si alguna afirmación, del tipo que fuere, no lo hace posible, entonces no tiene rango científico. Y nada más. No quiere decirse nada acerca de su verdad, sino de su validez científica. Y ese rango deviene no de la prueba de su verdad, sino de la posibilidad de mostrar su falsedad.

    Las proposiciones que soléis manejar no son, según este criterio (que propuso Popper e imagino que otros habrán matizado y por tanto discutible), no son, decía, científicas en modo alguno, aunque pudieran ser verdaderas total y absolutamente. Las vías de su prueba, supongo que de tipo experiencial, son algo en lo que no entraré porque no sé nada. De lo que no se puede hablar, ya lo dijo Wittgenstein, mejor es guardar silencio.

    Casi sin excepción, todo organismo duerme. El porqué está en discusión, pero no los hechos, y son de orden fisiológico simple: síntesis del colesterol, eficacia cordial, gasto enorme de glucosa por parte del cerebro… Dormir es maravilloso y un estado alterado de conciencia, pero en ello no somos muy diferentes de una rata, un gato (blanco o negro) o un elefante del desierto de Namibia. De la cosa túnel, del ghost member y de la polaroid ésa no sé ni pum y las catedrales me dan yuyu…, pero cuidado con las analogías, pues todas ellas sirven para explicar una cosa y su contraria y con ellas se le vende mantas zamoranas a un beduino pirrónico. Esto lo sabe bien el Beato Marina, filósofo, manipulador de palabras, como todos los profesionales de “ello”. Una plaga. Venga un pelotazo del peyote ése.

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  2. Completamente de acuerdo con tu primera aserción del método científico ortodoxo y determinista, pero. ¿Qué pasa cuando estamos intentando observar fenómenos que aparentemente franquean los límites “materiales” (espacio-temporales) y se salen de la física Newtoniana?. Por supuesto no pretendemos utilizar un método “científico determinista” para definir algo que está “mas allá de la física” (metafísica). Cuando decimos utilizar el método “científico”, nos referimos a la “observación” (interior) e investigación ( e interpretación )de los fenómenos observados , eso sí, como la “ciencia” avanza, algunos de estos fenómenos pueden ser explicados con las nuevas teorías. De momento, nos damos por contentos, con que nuestras hipótesis no contradigan la observación.

    De todas formas CrisCrac, jugamos al “gana-gana”, si tenemos razón ya te lo diremos cuando estemos al otro lado del umbral de la muerte, y si tienes razón tú, no tendrás la oportunidad de decírnoslo, je,je,je.

    Respecto al sueño, lo único que no está en discusión es el hecho de la necesidad de dormir y que durante ese “proceso” hay una regeneración (fisiológica por supuesto) del organismo (desde la rata hasta el ser humano). La pregunta es ¿Por qué es necesaria esa situación de “cambio de conciencia”?. Por ejemplo en el caso de los delfines, esta operación (de dormir) no la pueden hacer con los dos hemisferios cerebrales simultáneamente, ya que morirían, es decir, su fisiología no les permite dormir, pero lo tienen que hacer, solución duermen un hemisferio y después con el otro ¿curioso no?

    Sobre tu comentario de J. A. Marina, a nuestro humilde parecer y después de haberlo escuchado en alguna entrevista radiofónica y haber leído un par de libros de él, parece una persona bastante sensata, lúcida y razonable en sus argumentos. El ejemplo de la catedral desde nuestro punto de vista, es muy didáctico ya que da una “visión gráfica visual” que facilita la compresión “del meollo de la cuestión” que se pretende transmitir, que con puro léxico no sabemos si sería tan fácil.

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  3. Probar la validez científica de una proposición no tiene nada que ver con las concepciones deterministas u ortodoxas de la ciencia. El determinismo es más bien una concepción metacientífica o, si se quiere decir así, filosófica de la realidad. Y religiosa tantas veces, de tanto poder que ni siquiera Einstein pudo escapar a su influjo.

    En cuanto a la física cuántica y sus desarrollos hay que decir que, de igual modo, establece proposiciones y vale para ellas lo que vale para cualquier otra. Algo muy diferente es la dificultad de establecerlas dado lo indeterminado de ese mundo microfísico y su aparente no correspondencia con el mundo macrofísico. Pero pararé aquí porque quizás he sobrepasado ya el cupo de estupideces que me tengo asignado por jornada.

    De la observación interior, nada sé, pero pongo oído atento a cualquier relato de interés que se allegue a mis oídos.

    En realidad, todos ganamos si hay vida después de la vida, a no ser que vayamos al cielo de los justos, que debe de ser aburrido del carayu. Pero lo que me preocupa de los discursos espiritualistas no es tanto sus afirmaciones y creencias cuanto el uso político intolerante que siempre acaban haciendo las presbíteras curias del poder y, sobre todo, la desvalorización de esta vida y su alienación respecto de la otra. Eso no me va.

    El beato Marina es un pelma.

    "Quizás del otro lado de la muerte
    sabré si he sido una palabra o alguien"

    JL. Borges. En el poema "Correr o ser",
    del libro "La cifra".

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