Después del relajado verano,
pasemos a la acción.
El estado de presencia, es una plena consciencia del momento
que se está viviendo o manifestando en nosotros mismos. Realmente ese -momento
continuo-, es lo único que existe, es
decir, cuando nuestra mente “piensa” sobre pasado o futuro, es un recuerdo o
una proyección futura respectivamente, que está ocurriendo en este mismo
instante. Entonces podemos decir, sin
cometer error alguno, que nuestro ahora
(como lo llama Eckard Tolle), nuestro momento actual, es la realidad sobre la
cual discurren los acontecimientos, los pensamiento y las formas.
En estos momentos que estamos viviendo, pienso, que es muy importante entrar en ese estado de
presencia el mayor tiempo posible. Porque es la única forma de conseguir salir de la “trampa mental” en la que estamos
inmersos y vaciar nuestra mente de ruido y tonterías.
La mentira, los prejuicios y todo tipo de “pensamientos -
dogma” que nos han ido inculcando a lo
largo de nuestras vidas, hacen que nuestras mentes siempre estén fuera de ese
precioso y apreciado instante de presencia. Hacen que estemos fuera de nuestro ser, del
Ser. Consigue que siempre estemos preocupados por el futuro, perdiendo en esa
preocupación nuestro presente y muchas veces la salud. Así que, de nosotros, de
nuestra libertad para utilizar nuestra voluntad, depende el buscar esa
presencia.
Es necesario entrar en esa presencia, para poder Ser
realmente, comprender que con “eso” que nos identificamos, que creemos que es
tan necesario, son solo pensamientos de lo que creemos que somos, o de lo que
creemos que necesitamos.
Para vivir en Paz, para vivir la vida que nos ha sido dada
se necesita muy poco, y lo poco que se necesita, se necesita poco. Las necesidades que creemos necesitar, son
las cadenas que nos someten y doblegan nuestra dignidad.
Si alguien no sabe cómo alcanzar esos estados de presencia, simplemente que observe sin
juicio alguno su alrededor. La
observación, la respiración consciente y
la meditación, son buenas herramientas para acceder a esa presencia.
Imágenes tal y como aparecen en internet
A mi, mi presencia se me escapa. En cuanto la quiero coger, sale corriendo. Parezco como aquellos perros que persiguen su cola desesperadamente, sin saber que la llevan encima. Oye, igual es eso, que nuestra presencia la llevamos puesta, no?
ResponderEliminarPues no Enric, la presencia no la llevamos puesta ni de lejos. Que estés en un lugar físicamente, no quieres decir que estés "presente". De hecho, lo normal en la mayoría, es tener "la mente" en un "lugar-tiempo" distinto de donde está actuando físicamente. Presencia es estar en cuerpo y mente en lo que estás, y eso no es lo habitual.
ResponderEliminarDesde el principio de la lectura anticipaba dos conceptos que necesariamente debían coronar al post: atención y meditación. No lo sé por experiencia sino por lecturas.
ResponderEliminarSupongo que esa “presencia” que glosas no parece que tenga curso fuera de la meditación, cuyo proceso parece hacer que el yo “vacacione” de sí mismo, aceptando el flujo de la vida y el suyo propio, sin interferirlos.
Y supongo que, así, hace posible esa “plena consciencia” que refieres. Ni piensa ni se piensa. Es otra cosa.
En cualquier caso la “trampa mental” que dices, lo sea o no, forma parte de lo que somos y nos ha constituido desde niños. Algún filósofo alemán, creo que Gadamer, dijo que somos menos nuestros juicios que nuestros prejuicios.
Pelear con todo ello, con la meditación u otras cosas, es una tarea heroica, indefectiblemente humana, demasiado humana.
Y en ello nos va, efectivamente, nuestra dignidad.
Creo que esa presencia se puede dar a veces de forma espontánea y que otras veces se puede "provocar" con cualquiera de las técnicas milenarias.
ResponderEliminarDe forma espontánea se da cuando por ejemplo estás escuchando música y pierdes la noción del pensamiento y del tiempo. Lo mismo ocurre cuando observas absorto un paisaje, o te concentras en la lectura.
También se puede "provocar" a voluntad usando alguna técnica como la meditación.
En cualquier caso, y teniendo en cuenta que esos estados espontáneos no dejan de ser un acto de meditación, lo que sí es necesario en todos los casos es el silencio de la mente. En ese estado de "no-mente", de "presencia", el tiempo deja de ser y sólo existe un momento y un lugar, el ahora y aquí.
Dificil de conseguir, juas!!! pero a la zaga de ello vamos.
Si tienes razón Crisc, y efectivamente la “trampa mental” forma parte de nosotros. Descubrirlo y hacernos conscientes de ello, ya es un gran paso. Buscar todo esto, es como bien dices una tarea demasiado humana, porque, efectivamente aún estamos de camino hacia el verdadero “Ser Humano”.
ResponderEliminarExacto Anandamida, eso es, lo has descrito perfectamente (todo lo que perfecto que permiten la palabras...)
(todo lo perfecto que permiten las palabras...) quería decir ;-)
ResponderEliminar"Si no es ahora, ¿cuándo?" .Sólo existe el presente: cierto, aunque a veces se nos olvida.
ResponderEliminarAsí es coeliquore solamente existe el presente
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