Un placebo es una sustancia o intervención inocua, biológicamente inactiva, que no tiene efectos bioquímicos o fisiológicos con propiedades terapéuticas, y que se está usando como una simulación de terapia médica (normalmente en ensayos clínicos controlados).
El efecto placebo es debido a un placebo que produce efectos psicológicos y/o fisiológicos beneficiosos en el paciente (siendo estrictos, un placebo también puede producir efectos adversos, en ese caso hablaríamos de un placebo nocivo).
Bueno teniendo en cuenta lo anterior definen el efecto placebo como: “la reducción de los síntomas como resultado de la percepción de los pacientes de estar recibiendo una intervención terapéutica” .
En esta definición aceptada y utilizada encontramos la primera, digamos “verdad a medias”. En la definición se limita el concepto de placebo a “reducción de síntomas”, dando a entender, que el efecto placebo solamente actúa con la segregación de endorfinas, dopamina,… calmando el dolor. Algo demostrado al eliminar con “naloxona” los efectos analgésicos (2005 Sauro y Greenberg) y corroborado después mediante PET (tomografía por emisión de positrones) y RMNF (resonancia magnética no funcional) Por lo tanto, se pretende dar a entender , que esta es la única forma de actuar del “efecto placebo”, y que por lo tanto no “restablece el equilibrio homeostático” (es decir, desaparece lo que llamamos enfermedad). Sin embargo los hechos son testarudos, y existen “curaciones o remisiones” en la literatura científica. Veamos un par de ejemplos:
El caso del paciente Wright , al que en 1957 diagnosticaron un tumor linfático muy avanzado (le daban solo algunos días de vida). Este hombre escuchó de un nuevo fármaco en fase de ensayo (Krebiozen). Este fármaco no estaba diseñado para tumores tan avanzados, e insistió en que se lo pusieran. A los 10 días estaba de alta. Dos meses después empezaron a dar informes negativos del Krebiozen y el Sr. Wright volvió a su estado anterior. Volvió al hospital y el médico le dijo que el nuevo Krebiozen tenía mayor poder curativo. Se recuperó de nuevo. Al cabo de unos meses la prensa publicó que el Krebiozen no tenía ninguna eficacia. El Sr Wright murió en 48 horas. (fuente DSALUD nº18 y confirmación en Scientif american hay que pagar por el artículo y lo he encontrado también en: (http://www.innerharmonyhypnosis.com/hypnosis_articles/placebo_effect_a_cure_in_the_mind_scientific_american.htm )
Otro caso famoso es el presentado por el cirujano Bruce Moseley en la revista “New England Journal of Medicine de la Facultad Médica de Baylor en el año 2002”. El Dr. Moseley, antes del estudio decía: “Los buenos cirujanos saben que en la cirugía no existe el efecto placebo”.
Para evaluar la eficacia de la cirugía de rodilla para eliminar los dolores de la artrosis, se hizo el siguiente experimento (a doble ciego): Se tomaron 180 pacientes (otras fuentes dicen 10, pero despues fueron ampliados los experimentos) que se distribuyeron en tres grupos, por supuesto el paciente solamente sabe que va a ser operado para quitarle el dolor de rodilla y el Dr. solo conoce en el momento de la operación a qué grupo pertenece el paciente y por lo tanto que debe hacer con ese paciente.
Al primer grupo se le rebajó el cartílago dañado.
Al segundo grupo se le limpió la articulación de la rodilla, para eliminar el material que está provocando la inflamación (ambos tratamiento constituyen el método estándar de la artritis de rodilla)
Al tercer grupo, se le practicaba una “cirugía placebo”. Se sedaba al paciente, se le practicaban las tres incisiones y hablaba y actuaba como en la operación, pero sin hacer absolutamente nada. Al cabo de los 40 minutos se les cosían las incisiones como si hubieran sido operados.
Los resultados fueron, sorprendentes. Tal y como se esperaba los dos primeros grupos mejoraron, pero el tercer grupo mejoró tanto como los otros dos.
Un estudio de la Universidad de Amsterdan, ha demostrado, que las píldoas de colores, potencian más el efecto placebo que las pastillas. Que dos mejor que una, que los inyectables son mejores que las patillas, que las eficacias de las terapias aumentan entre un 25 y un 75 por ciento si se dice que el tratamiento es muy efectivo, moderno y complicado de aplicar.
Para terminar he encontrado esta comparación entre el porcentaje de mejoría por lo grupos tratados y los de control (placebo) según diferentes condiciones
Fuente Is the placebo effect dependent on
time? A meta-analysis. In: Kirsch I (ed). How expectancies shape experience.
Washington, DC: American Psychological Association Books, 1999:321-32.
Llama la atención el porcentaje que mejora sin el uso de fármacos activos.
Después de todo esto me asaltan las siguientes cuestiones ¿Cuál es el verdadero peso de la creencia (o nivel de convencimiento) en nuestros procesos de “enfermedad-curación”?,¿Porqué no se investiga el propio fenómeno del efecto placebo en profundidad?
Imagen principal, tal y como aparecen en: (http://fisiomonica-ms.blogspot.com/2011/02/que-es-el-efecto-placebo.html)
Supongo que a la industria farmacéutica no le interesa mucho ésto del efecto placebo.
ResponderEliminarEn cuanto a la otra pregunta, creo que la creencia influye en la curación, pero de forma relativa. Si piensas que te vas a curar y tienes una actitud positiva, generalmente ocurre. Durante cuánto tiempo, ya es otra cuestión.
Bueno, hablo desde mi experiencia como enferma. Científicamente, no tengo idea.
A la industria farmacéutica, como a toda industria, hoy por hoy, lo que las mueve es ganar dinero. Lógicamente, cualquier cosa que no tenga posibilidades de rentabilizar, no entrará en sus planes de investigación. El efecto placebo, es un fenómeno más que demostrado (por ello, es utilizado en todas las pruebas estadísticas de “eficacia” de medicamentos). Sin embargo, científicamente tiene un origen aceptado (“la psique” ¡uau!), que desde un punto de vista “mecánico-materialista”, es incomprensible, aunque se entiendan la parte “visible” de los mecanismos fisiológicos, especialmente en lo referente al dolor. ¿Pueden conseguir un “copyright” al efecto placebo?¿no? pues es obviado como método terapéutico.
ResponderEliminarClaramente hay una relación directa entre la creencia y el efecto placebo. Si uno está convencido que es capaz de recuperar el equilibrio perdido (llamado enfermedad), lo hará (siempre y cuando corrija el “comportamiento-actitud-emoción” que le ha llevado a ese desequilibrio). Si está convencido de que puede a medias, lo hará a medias, si cree que no puede, no lo hará. Así es como pienso, pero el “paradigma” en el que creo (por experiencia propia) difiere del comúnmente aceptado, basado en la “casualidad (azar)”, en “enemigos” y en “la lucha”.
Pero ya digo, esto es una “creencia” personal, y cada uno tiene todo el derecho a creer lo que quiera, y en lo que quiera.
Científicamente, creo que nadie (entidad pública o privada) tiene ni idea al respecto, porque “aparentemente”, a nadie le interesa investigar por esta linea.
Un post muy interesante, Josevi, aportas datos verdaderamente increibles. Estoy seguro que en un buen numero de enfermedades el efecto placebo debe ser poderoso, pero en el último cuadro me sorprenden especialmente los resultados tan eficaces en casos de cancer y lo poco representativos respecto al dolor. Yo hubiera pensado lo contrario, ya que el dolor si que se controla a través del cerebro.
ResponderEliminarAsí y todo hay que ir con cuidado, y evitar tratamientos milagro que han producido mucho dolor.
Enric, a mí también me sorprendió a primera vista el porcentaje del dolor, pero después, pensándolo detenidamente parece lógico. El ser humano teme mucho el dolor. El dolor puede hacer perder el control (de ahí las torturas). Así que el individuo bajo dolor, está todo, menos centrado y debe estar muy “convencido” en que el “fármaco-placebo” le quitará el dolor, para que este actúe, y así sea. En el caso claro de un dolor “fisiológico” (rotura, corte, etc..), los fármacos que actúan bio-químicamente sobre la receptividad del sistema nervioso, serán eficaces.
ResponderEliminarOtra cosa, es que una persona entrenada pueda controlar el dolor mentalmente (ahí están las operaciones del Dr. Escudero sin anestesia química). Pero esto ya no es un “efecto-placebo”. Es un control consciente y con intención del sistema nervioso.
También hay que tener en cuenta, que hay mucha gente, que ante el dolor actúa con el “placebo-nocivo”, y avisa con eso de : “este dolor a mí no se me va tan fácilmente, necesitaré algo más fuerte”… (hay que convencerlo de que es muy fuerte lo que se le ha dado para que le funcione). Cada persona es un mundo.
Estoy de acuerdo en que hay que tener cuidado con los “tratamientos milagros”, y yo personalmente voy más lejos, y también digo: hay que ir con cuidado con los tratamientos ortodoxos, porque muchas veces,es peor el remedio que la enfermedad.
Comparto lo que dijo Benjamin Franklin: “El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas”
Sería apasionante una investigación interdisciplinar sobre el “efecto placebo” y sus efectos reales, imaginarios y funcionales.
ResponderEliminarNos las veríamos, en última instancia, no sólo con la entera psicofisiología humana sino con nuestra misma naturaleza.
Probablemente tiene claros límites, dependiendo de los individuos y de las patologías concretas.
He oído casos como los que relatas, y también fiascos dramáticos que han llevado sufrimiento a mucha gente.
Me pregunto si la Vida no es un efecto placebo que nos administra la Muerte mientras se toma unas copas en cualquier turbio antro de un Universo paralelo (la muy puta).
Sí, sería muy apasionante una investigación interdisciplinar en serio sobre el efecto placebo. Mejor, sería muy interesante que los estudios se hicieran lo más interdisciplinar posibles, y no cada uno en su “parcelita”.
ResponderEliminarEfectivamente, la vida es como un placebo administrado por el espíritu en la materia, y depende mucho de lo que tú creas. Lo que sí que es seguro, es que es una enfermedad mortal de transmisión (en nuestro caso) sexual, Je,je.