domingo, 27 de septiembre de 2009

¡Pensar!, esa curiosa cualidad.

En la última entrada, estuvimos viendo la relación entre la libertad y la responsabilidad. Ahora vamos a ver la relación entre el “pensar” y la libertad.
Como ya se ha apuntado, la libertad parece ser algo intrínseco al ser humano. Curiosamente, parece ser que también lo es, la peculiar facultad de “pensar”. Aparentemente tenemos un nexo lógico entre ambas. Para poder decidir en libertad, debemos de tener “algo” que organice nuestras experiencias y poder utilizar un criterio de elección, y esto solamente es posible a través del “pensar”, dado que, cualquier elección al azar o dirigida externamente (por ejemplo el nivel instintivo animal) sería una elección condicionada y por lo tanto no libre. Por lo que podemos concluir, que la condición necesaria (aunque no sabemos si suficiente) para poder ser libres es poder “pensar”.

El “pensar” (como lo conocemos), es algo que se puede comprobar subjetivamente. Este fenómeno, aunque no es algo que se pueda cuantificar (pesar, medir, etc...), es decir, aunque no pueda ser estudiado por la ciencia física, si que podemos asegurar todos y cada uno de nosotros, por lo menos todo ser humano que tenga un “órgano físico-material (cerebro) normal” que es una realidad. En este curioso fenómeno, que es el “pensar”, es donde está la “punta del iceberg” que da sentido a toda nuestra “realidad” como seres libres y en evolución. La pregunta que nos planteamos esta semana es:¿Qué puede ser ese pensar?, ¿es lógicamente razonable decir que es el resultado de unas reacciones bioquímicas azarosas?

5 comentarios:

  1. Hola Josevi, yo también leo habitualmente tu bloc, y te puedo asegurar que en más de una ocasión he escrito un comentario y cuando le he dado a publicar me ha fallado y no lo he podido recuperar. Me ha pasado unas dos veces, espero que ahora no, pero lo leo, y por eso agradezco tu ánimo y te lo devuelvo. Tiene su gracia esto de exponer las ideas al público.
    Por lo que se refiere a tu artículo tal vez peque un poco de racionalista porque parece que no tienes en cuenta la influencia de los sentimientos en nuestras decisiones. Con todo ya sabes que soy un "materialista sordo" y estoy convencido que nuestro pensar no es más que el producto de esas reacciones bioquímicas del cerebro. No es más ni menos, ahí es ná.

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  2. En el momento en que estamos comprendiendo que los pensamientos influyen y modifican las reacciones químicas del cerebro, podemos intuir que el pensamiento es una “entidad” que está por encima de la materia. O lo que es lo mismo, que las reacciones químicas del cerebro son la manifestación física de los pensamientos.

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  3. Tienes razón Enric respecto a lo de los sentimientos y discrepo en lo de “material”. Como bien dices, el sentimiento afecta al pensamiento. Creo que los sentimientos (el sentir en general) como sensaciones “anímicas”, se suelen manifestar cuando una sensación física (o mental), “recuerda”, paradójicamente de forma inconsciente, un estado antiguo de placer-displacer. Estos sentimientos pueden dirigir nuestros pensamientos y estos a su vez, incluso provocar una potenciación del sentimiento original (melancolía, depresión, alegría, euforia). Pero esta realimentación sentir-pensar, hace que estamos siendo “dominados” por el sentir descontrolado. El ser humano con su pensar, puede observar esos sentimientos y con la práctica, puede controlarlos, es decir, el pensar puede y debe estar por encima del sentir (me refiero al sentir inconciente y desbocado). Eso sí, siempre debe de estar “modulado” por un sentimiento, de lo contrario se transformaría en un pensar intelectual puro, tan peligroso como el pensamiento anímico puro. En resumidas cuentas, como siempre, en el término medio está la virtud. Por lo tanto, puede ser que el ideal sea un pensamiento consciente y lógico pero “modulado” por un sentimiento anímico “virtuoso”.

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  4. Estoy completamente de acuerdo contigo Anandamida. También creo intuir que el pensamiento es “algo” que está por encima de la “materia”, es decir, es la causa y no el efecto de las manifestaciones físico-eléctrico-materiales en nuestro cerebro (por supuesto, para que se manifieste el pensar como lo conocemos, es condición necesita ese soporte físico-material que es el cerebro) y por supuesto también, me refiero siempre al pensamiento consciente, lógico e hilvanado. Los pensamientos aleatorios típicos, originados por estímulos externos, sensaciones anímicas, etc.…, estos, son otra cosa, podríamos llamarlo ruido mental

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  5. Así lo veo yo también, la Libertad se halla anclada a la misma condición humana. No sé si hay un nexo lógico, pero sí hay una relación de dependencia biológica: la libertad deviene de la racionalidad y ésta de nuestro soberbio y complejo sistema nervioso. Cosas de la evolución.

    Sé que es una extrema sutileza decir, como sostengo, que el pensamiento es cosa de la criatura humana, pero “pensar” no es cosa de todos, sólo está al alcance de espíritus endurecidos y claros que someten sus horas a una elevación vital al alcance de pocos. “Pensar” otorga, a veces, una rara felicidad; otras veces, duele. “Sostenerle la mirada a la Muerte y a sus esbirros –escribí el otro día en el blog Estilema- no es cosa de todos”. La cosa bioquímica no es azarosa, se atiene a leyes, pero sí lo es el decurso evolutivo que nos trajo aquí. Brindemos por esta fortuna.

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