domingo, 14 de marzo de 2010

Signos de identidad

El otro día viendo en la TV un comercial sobre un coche (suelen ser muy impactantes los comerciales de los vehículos). Casi al final del mismo. Comenzó a pasar a toda velocidad por la parte inferior de la pantalla, un mensaje. Digo yo, que era un mensaje, porque era prácticamente imposible de leer. Esto me planteó la siguiente pregunta: ¿Qué se pretende con el paso de esa información ilegible?

La respuesta es clara. No intenta informar, sino simular que informa. Es la “forma” electrónica de la “letra pequeña” de los contratos de toda la vida (un anuncio publicitario es legalmente un contrato). Detrás de este comportamiento hay un par, de los múltiples signos de identidad de nuestra sociedad: El engaño y la hipocresía.

El engaño: Porque en “casi” todos los ámbitos, se nos muestran unas imágenes con unos datos (bien claros y legibles), para que nos quedemos, con la “información” que se pretende (la imagen mostrada). La cual, no se adapta casi nunca (por no decir nunca) a la “completa realidad” que nos pretenden vender. Verdad a medias, mentira completa.

Hipocresía: Porque siempre se está fingiendo y transmitiendo cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen.

Todos sabemos (o sabremos algún día) en nuestro interior, cuales son las “actitudes correctas” (1). Cuando una mayoría las exteriorizan, se mueve la sociedad (y por lo tanto sus gobernantes) forzando esa creación de “leyes”, para poner un marco legislativo externo, que facilite nuestra convivencia.

Todas esas “leyes” (una vez internas) que se exteriorizan, si están creadas desde esa “actitud interna correcta”, lo están hechas con una intención concreta, lo que normalmente recibe el nombre de: Espíritu de la ley. Sin embargo, cuando estas “leyes” no se adaptan a los intereses egoístas personales, se “bordean” y se buscan “vacíos legales” para actuar impunemente. Esto ha motivado y motiva un aumento de legislación y complicación del sistema. Por eso nos vemos con las letras pequeñas, las medias verdades, los avasallamientos comerciales, políticos, etc., intentando hacernos creer, que la razón de todo eso, es nuestro bien. Cuando lo único que mueve todo, es lo de siempre: Dinero y poder.

Esta actitud tan actual y vigente, si en verdad no nos gusta, la podemos cambiar. Bastaría conque hiciéramos más caso a esos profundos y cálidos impulsos de actitud empática y colaboradora (que suele aparecer de forma generalizada en las catástrofes). En lugar de dejarnos llevar por la otra polaridad. Los fríos impulsos calculadores, competitivos y egoístas. Con ese cambio de actitud generalizado, no necesitaríamos una legislación tan complicada y con tanta pantomima hipócrita.

(1) Entiendo como una “actitud interna correcta” en términos generales, la que respeta y piensa en el prójimo antes de actuar. No actuando, cuando el beneficio propio es a costa del perjuicio de otro. Que poniéndolo en activa sería: Actuando cuando incluso en contra de tu propio beneficio, puedes ayudar a otro. Fiuuuuuu! Lo tenemos complicado ¿Eh?. Pero es la única solución.

PD: Imagen tal como aparece en: http://www.fotolog.com/chumyto/67835757

9 comentarios:

  1. Los teóricos de la Información llaman a su exceso “ruido”.

    Quizás es lo que se pretende, ruido que impida la información correcta, la evaluación de la misma y, en su caso, una postura crítica. Supongo que la estrategia oculta tiene como objeto vendernos algo. Es, como dices, la letra pequeña, las medias verdades, el cantinfleo verborrágico.

    La entera historia de la Filosofía puede entenderse como el intento de separar no la falsedad de realidad, sino lo que es más complicado por ser más peligroso: distinguir entre apariencia y realidad. La apariencia puede ser letal.

    En lo de la “actitud correcta” que dices ya me pierdo. Me conmueven, como ya has advertido en ocasiones, esos “impulsos de actitud empática”, pero no creo que sean cosa de la mayoría ni tampoco que lo sean de modo sostenido. Existen, claro está, quienes los sienten y practican; ellos habitan las más altas cimas de la condición humana, pero dudo mucho de que puedan ser la verdadera ley que rija las relaciones humanas.

    Más aún, la estulticia, el egoísmo, lo bajuno, la falta de lucidez, la cobardía, la inelegancia son los rasgos que definen al primate que con vestuario, modos y léxico soeces deambula por las grandes superficies, las instituciones educativas o la tele. Políticos, pedagogos y pijolétricos titulados les magrean las grasitas y los alientan con su antropología angelical.

    Pero, como sabes, lo que propones me conmueve. Intentaré practicarlo. De verdad.

    Por cierto, abomino de los corderos, excepto si guarnecen mi menú; y admiro de los lobos muchas cosas, quizás su “actitud correcta”. Aaaauuuu…

    ResponderEliminar
  2. Completamente de acuerdo contigo CrisC, la apariencia puede ser letal.
    Respecto a la “actitud correcta”, por supuesto que no es cosa de mayoría. Comentaba que solamente aparece ese impulso empático y colaborador en las mayorías, ante catástrofes (terremotos, inundaciones, etc..), pero de forma esporádica temporalmente hablando. Esa actitud que comento, actualmente corresponde a una pequeña minoría (muyyyyyyy pequeña), por eso no es un signo de identidad de nuestra sociedad actual, y así nos va el pelo.

    Mi propuesta, es precisamente el incrementar esa minoría. Empresa nada fácil. Pero todo cambio, empieza con un pequeño movimiento, a veces inapreciable. Mira, de momento tu y yo, ya nos hemos propuesto intentarlo… quizás lo hagan otros.

    Respecto a los corderos y los lobos, me gustan ambos. El lobo es muy eficaz, especialmente trabajando en equipo. Lo que no me gusta, es cuando el "lobo" se disfraza.

    ResponderEliminar
  3. Existe eso que se denomina "masa crítica". Cada vez que se pretende cambiar la realidad de una sociedad o un grupo, se comienza con un pequeño movimiento generado, la mayoría de las veces, por un sólo individuo. Este primer impulso suele ir en contra del sistema establecido y es atacado por él, pero inevitablemente y con el paso del tiempo se va extendiendo de un individuo a otro hasta alcanzar en número suficiente de sujetos (masa crítica) que hace que dicho cambio se materialice. A partir de ese momento el proceso es irreversible y las antíguas ideas caducas están destinadas a desaparecer y ser sustituidas por la nueva corriente de pensamiento.
    No importa que el lobo se disfrace de cordero, siempre habrá alguien que huela el engaño. Con sólo que cada uno de nosotros abra la conciencia de otro ser humano o incluso algunos no consigan abrir ninguna otra conciencia, se creará una cadena que inevitablemente llegará a formar la "masa crítica". Las sociedades también están sujetas a la ley de la evolución incluso aunque sus individuos no sean conscientes de ello.

    ResponderEliminar
  4. Efectivamente amigo Anandamida. Así es.
    Desde mi punto de vista, se está percibiendo ya, una polaridad en nuestra sociedad. Los que quieren que la “cosa” continúe como sea. Al precio que sea, o a costa de quien sea. Y los que por lo menos, “sienten” (o intuyen) que la evolución implica que debe de haber un cambio. Por lo que cualquier actitud positiva (en el sentido comentado) que perciban, puede ser impulso suficiente, como para que se produzca ese “cambio de conciencia” a mejor. Llegará un momento en que se alcance esa masa crítica que comentas… y el proceso será irreversible. Eso si, tenemos que tener claro, que los que no quieren que la cosa cambie , no facilitarán el cambio. Al revés, se opondrán. Por lo que probablemente condicionen un tránsito más doloroso. Como todos los cambios forzados por la evolución a lo largo de la historia. De ahí ese “temor” subconsciente a las crisis o cambios.

    ResponderEliminar
  5. En alguno de tus posts y comentarios refieres de continuo una especie de “ente” de conjurados contra un “cambio” en la conciencia. Como cuando escribes “los que quieren que la cosa continúe como sea”, los que “se opondrán”…

    Yo no acabo de verles la jeró (el careto) a los integrantes de esa conjura. ¿Quiénes son? ¿Es una conspiración organizada? ¿Son los poderes económicos, militares, los servicios secretos, las cátedras, las curias sacerdotales, los detentadores de la opinión pública a través de los mass media? ¿Quiénes?

    Ya me conoces. Si admitiese tu sospecha, yo me pronunciaría por un ente más difuso, intratable y peligroso: “la masa”, el gorilazo latente en el corazón humano, el pueblo unido jamás será vencido…

    Así que esa “masa crítica” a la que os referís no se verificará porque, para tal evento, haría falta algo imposible: que la masa fuese crítica en vez de acrítica. Es un juego de palabras, claro, pero creo que me explico.

    Dada la estupidez radical de la masa sapiens, me temo que ningún poder necesita hacer mucho para evitar esa metamorfosis de conciencia. La cagamos solitos.

    Acuerdo con vosotros en que la transmutación de conciencia es posible, pero no veo que el sujeto que la lleve a cabo sea la cosa humanidad. Sólo el espíritu individual puede construir su destino.

    Ya sé, estoy echao a perder, cachis...

    ResponderEliminar
  6. Efectivamente, tú lo dices. El ente difuso e intratable: “La masa”. Conformada por individuos, que paradójicamente, pierden su individualidad y libertad, al dejarse manipular por su aspecto egoísta y a través de sus “apetencias” sobre estimuladas.

    ¿A quien le puede interesar que los seres humanos se comporten como una “masa” acrítica? Pienso, que les puede interesar, a esos otros seres humanos también dominados por su aspecto egoísta, pero que “creen” estar (y muchos lo consideran así) en una posición de privilegio con respecto a los demás. Por lo tanto utilizarán todos los medios (económicos, políticos, curias sacerdotales, etc…) que puedan, para mantener esos "privilegios".

    Cualquier ser humano, puede pertenecer a cualquiera de los dos grupos (masa o privilegiado). Por eso, no es necesaria una conspiración organizada. El “egoísmo” la organiza desde el subconsciente (¡anda!. Casi como la famosa “mano mágica” que regula el mercado capitalista).

    El único camino de salir de ese bucle (egoísta), como bien dices, es por el espíritu individual. Cuando hay una “masa crítica” conformada por elementos libres e individuales, que la forman conscientemente (con intención) y sin perder su individualidad crítica, es cuando habrá ese cambio.

    Que vas a estar echao a perder… estás ahí, en la lucha interna como todos, los que por lo menos nos damos cuenta de algunas cosas.

    ResponderEliminar
  7. Coincido plenamente con los dos. Yo lo expresaría así:
    Lo que impide el cambio es, precisamente, el miedo al cambio. Esos "que quieren que la cosa continúe como sea", "los que se opondrán", son precisamente la "masa crítica" acrítica. Esa "masa crítica" acrítica es el ámbito de dominio del sistema establecido, de los intereses creados, del poder fáctico. Si se consigue crear una "masa crítica" crítica, se producirá el cambio. Otro juego de palabras.
    "Sólo el espíritu individual puede construir su destino". No parece tan echada a perder esa vieja máxima esotérica: "No intentes cambiar el mundo, cambia tú y el mundo cambiará."

    ResponderEliminar
  8. Muy bien expresado.¡Pues eso! al cambio individual.

    ResponderEliminar
  9. ¡A por ellos, oé, a por ellos, oé, a por ellos, oé, a por ellos, oooeeeeee! ¡Joechi, qué rico está este pacharán!

    ResponderEliminar